Los bonos suben, arreglo externo en duda

Por Salvador Di Stefano.  
El mercado te dice que Argentina arregla el problema de la deuda en el juzgado de Thomas Griesa. Los funcionarios no avalan dicha afirmación. Bonos ¿caros o baratos? Esta es la cuestión.

El gobierno nacional se ha constituido en un gran pagador de deudas. Entre septiembre de 2013 y abril de 2014, le pagó al CIADI, a YPF y al Club de París, en estos tres eventos, reconoció deuda por un total de U$S 16.000 millones. Esto hizo presumir, que el acuerdo con los bonistas en litigio en el juzgado de Thomas Griesa estaba a un paso de cerrarse.

La cláusula de acreedor más favorecido, conocida bajo la sigla RUFO, postergó el acuerdo con el juzgado de Thomas Griesa, algunos dicen que la postergación fue estratégica, mientras que otros auguran que nunca pagarán esta deuda. (Si Argentina paga la deuda con los fondos en litigio antes del 31 de diciembre de 2014, debe pagarle al total de la deuda en canje el 100% del monto original más los ajustes pertinentes; si paga pasado el año 2014, dicho beneficio no opera sobre los que ingresaron al canje 2005 y 2010).

En las últimas jornadas nos encontramos en una enorme disyuntiva. Si el gobierno acordaría con los bonistas, no tendría por qué reprimir importaciones. Si reprime importaciones, es que no acordaría con los bonistas.

Para acordar con los bonistas en litigio, el gobierno debería dar marcha atrás con muchas leyes, y algunas de estas fueron aprobadas hace muy poco tiempo atrás. Por ejemplo, debería reponer al Banco New York Mellon como agente pagador de la deuda argentina, cuando hace muy poco tiempo atrás, le dio de baja en dicha función. Todo hace presumir, que sería difícil para Argentina pagar bajo este escenario.

Sin embargo, muchos analistas dicen que la deuda Argentina en el exterior podría ser adquirida por un grupo de empresarios, o bancos internacionales para luego renegociarla con nuestro país, y de esa forma sortear las incongruentes medidas tomadas hace unos meses atrás. El costo de esta operación, rondaría los U$S 15.000 millones, o algo menos, ya que el conjunto de la deuda impaga no se presentaría en un solo acto al reclamo, y se sospecha que una parte jamás se presentaría.

Si Argentina acuerda con los bonistas en litigio, podrá pagarle a los bonistas que tienen bonos par, con descuento y Bonex Global 2017 bajo ley New York, que en estos momentos no cobran las rentas pertinentes, por tener estos pagos congelados por el juzgado de Thomas Griesa. Esto implicaría desembolsar unos U$S 591 millones, aproximadamente.

Del dicho al hecho hay un largo trecho. El gobierno sigue asegurando que les ofrecerá a los bonistas, lo mismo de siempre, ingresar al canje de la deuda, en similares características al año 2010.

El mercado está descontando otra cosa. El Bono con descuento bajo ley New York (actualmente con un impago de renta), vale más que el bono con descuento bajo ley Argentina (que pagó la renta en tiempo y forma). Algo parecido ocurre con el Bono par, y es sorprendente la alta paridad el Bonex Global 2017.

En cuanto a los bonos locales, el Boden 2015 en dólares vale U$S 97. El Bonar 2017 U$S 92,40 y el Bonar 2024 U$S 96,50. Estos son valores muy elevados, para un país que no honrará la deuda en el año 2015.

Lo loco y binario, es que el gobierno está trabajando para no pagar. El ingreso de dólares de los Swap con China, más un aporte del Banco de Francia, el ingreso de dólares y cancelación de Boden 2015 para hacer frente al pago de la licitación de señales 3G y 4G, alientan expectativas positivas. A esto habría que sumarle, la posible llegada de dólares de Rusia, que constituía un swap de similares características a la que se obtuvo de China.

El gobierno se habría envalentonado, con el mayor stock de reservas, y podría patear el tablero internacional, y no pagar la deuda con los bonistas en litigio.

Si esto ocurre, observaremos una fuerte baja en los títulos públicos, que hoy están cotizando muy cerca de su valor nominal. Esto dispararía a la suba el dólar blue.

En materia de acciones, vemos que la tendencia es a la baja si la medimos en pesos, y mucho más optimista si se miden en dólares.

La economía argentina está siendo observada por el resto del mundo. Si el país acuerda y honra la deuda en el juzgado de Thomas Griesa, se abre la esperanza de recibir inversiones, y esto debería levantar las inhibiciones que pesan sobre los productos importados.

Si Argentina no honra esta deuda, la economía será mucho más cerrada que ahora. Las importaciones seguirán durmiendo el sueño de los justos, y será inevitable una merma en la actividad económica.

No nos olvidemos que la soja trae consigo un enorme efecto pobreza, para el campo y el Estado. La soja cotizaba en U$S 470 en el año 2011 cuando la presidenta ganó por un 54% de los votos. El año próximo se estima un precio de U$S 350 para la soja en Chicago, esto implica una merma de U$S 120 por tonelada. Lo que implicaría una caída de exportaciones de U$S 10.000 millones entre el año 2011 y 2015, esto explicaría una merma de U$S 3.500 millones para el Estado, y U$S 6.500 millones para la cadena del campo. Esto solo representa un 2% del PBI.

Menos importaciones y exportaciones, son determinantes para un PBI en baja. Si a esto le sumamos una caída del consumo en el mercado interno, por efecto de una inflación que le quita poder adquisitivo a la clase trabajadora, jubilados y pensionados, el escenario no luce positivo.

Conclusión

- Comprar títulos públicos para no pagar bienes personales y ganancias es una muy buena opción, que se potenciaría, si Argentina arregla la deuda en conflicto en el juzgado de Thomas Griesa. Esto implicaría, una suba adicional de los bonos, acceso a los mercados de crédito, más importaciones, y seguramente un mejor escenario económico.

- Si Argentina no arregla con los bonistas en litigio, el precio de los títulos públicos está carísimo, y la bolsa local estaría marcando el paso de una baja más pronunciada.

Claramente, estamos ante un escenario binario. Por eso nadie toma decisiones. Hoy opera una verdadera parálisis en materia de inversiones. Podrían activarse si volvemos a los mercados mundiales, o profundizarse la apatía sí el gobierno persiste en la aventura de cerrarnos al mundo. Esto último sería un gran retroceso para el país.

Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo. Publicado en www.salvadordistefano.com.ar

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