Tres familias piden que se les reconozca la opción prioritaria para adoptar

Silvia Carafa (La Capital, Rosario) - Tres familias del sur provincial piden que se les reconozca el derecho a gestionar la respectiva guarda de tres hermanitos de tres y dos años y 11 meses, con los que en los últimos meses establecieron vínculos a través del Hogar de Tránsito de Bigand, que alberga a niños en situación vulnerable. El viernes, un fallo judicial dispuso la adopción de los mismos según el turno del Registro Unico Provincial de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga).

Los pequeños partieron a su nuevo destino y la situación activó una polémica: las familias que los asistieron quieren ser una opción para adoptar, a pesar de no haber estado en turno. Desde la Subsecretaría Provincial de la Niñez, Adolescencia y Familia, Cristián Allende, avaló la decisión del juez. "Nosotros tenemos que defender un sistema transparente de adopción como el que ofrece el Ruaga, que funciona dentro del Ministerio de Justicia", aseguró.

Los niños llegaron al Hogar de Bigand, a través de la Dirección Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia. Durante ese tiempo y según las prácticas establecidas, las familias de Bombal, Villa Mugueta y Bigand asistieron a los pequeños de diversas maneras, lo que fue generando vínculos mutuos.

Mientras el tiempo transcurría, la Subsecretaría de la Niñez, finalmente dispuso que los pequeños serían dados en adopción, uno de los caminos posibles cuando no se puede revincularlos a sus familias biológicas. Esta decisión se comunicó al juez de Familia correspondiente, quien de acuerdo al protocolo, inició el proceso que terminó adjudicando a los tres hermanitos a una misma familia y de acuerdo al turno del Ruaga. Cuando esta medida se hizo efectiva, los colaboradores sintieron que quedaban con las manos vacías e hicieron público su deseo de ser considerados como adoptantes.

 Los hechos. "Nos enteramos de la permanencia de estos chicos en el hogar de Bigand, con el cual nos relacionamos asiduamente, cada uno por distintas circunstancias y de diferente manera. Sabemos que chicos de tan corta edad no pueden permanecer en hogares de tránsito. No necesitan un resguardo institucional si no un vínculo singular, y la contención en un seno familiar. En un primer momento la intención fue solamente brindar eso", explicaron Carla Raimondi y Boris Brunstein, el matrimonio de Bigand que ayudó a cuidar al bebé de 11 meses.

"Con el correr de la experiencia fuimos involucrándonos mutuamente, tanto los chicos como nosotros. Contamos con el apoyo de la gente del hogar de Bigand, quienes priorizando el sentido común, intentaron facilitar la posibilidad de que estos chicos se vinculen lo máximo posible con nuestras familias", contaron.

"No queríamos que los chicos pasen a ser parte de nuestra familia si es que las autoridades no lo consideran. En tal caso, siempre que esto este justificado, aceptaríamos otra decisión. Pero queremos y creemos ser una opción", explicaron. Y dijeron que eso fue justamente lo que el juez no escuchó.

La explicación oficial. Según Allende, es habitual que en las localidades pequeñas las familias se acerquen a los centros residenciales para dar una mano, y agregó que esas prácticas están avaladas siempre que se supervisen para evitar que los adultos generen vínculos con los que después se intenta justificar una adopción. "Si las adopciones se generaran a través de los vínculos de los colaboradores, no tendría sentido el Ruaga", enfatizó.

"Nunca nos vinculamos con el hogar para adoptar un chico", dijeron Carla y Boris. Y anticiparon que no van a claudicar en su planteo. "Desde hace un tiempo, de una manera casi accidental, estos niños son el motivo de nuestras vidas. Es imposible que dejen de serlo", aseguraron.

Aval. Allende, desde la Subsecretaría de la Niñez, respaldó la decisión del juez.

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