Por Salvador Di Stefano. |
El gobierno ha desarrollado una excelente estrategia frente al juicio del siglo, está seduciendo a los bonistas uno por uno, de esa forma deja muy expuesto a los denominados fondos buitres, que van a fondo por una solución forzada.
El acuerdo con los bonistas italianos fue excelente, y de esta forma el 15% de la deuda en cesación de pagos está resuelta, ahora resta romper el bloque de bonistas americanos, y llegar a Thomas Griesa con la mayor adhesión posible.
El pago a los bonistas en litigio podría ser muy pesado, no aceptarían bonos, como fue el caso de Repsol, y vendrían por efectivo, y un pago más acelerado.
Todas estas bondades de la negociación, deberían ser refrendadas por el Congreso de la Nación. Como los gobernadores de provincia necesitan del crédito internacional, no se duda de que se sorteará con éxito el paso por Diputados y Senadores de la Nación.
Con la puerta abierta a más fondos del exterior, para financiar déficit fiscal y obras públicas se abre otra puerta en materia económica y financiera.
El mercado no está para una gran suba luego del acuerdo obtenido, los bonos argentinos valen todos por encima de la par. Quien desea comprar un bono soberano, deberá conformarse con una tasa de interés en dólares razonable, ya que no hay rendimientos de dos dígitos.
El Bonar 2020 vale U$S 107 y paga una renta del 8% anual, en dos cuotas semestrales, en abril y octubre. Este bono rinde el 7,5% anual en dólares. Solo queda por delante, cobrar renta.
Algo similar ocurre con el Bonar 2017, que vale U$S 103,60, vence el 17 de abril de 2017, y hasta su vencimiento recuperará U$S 110,50, una ganancia de U$S 6,90 en 14 meses.
Con estos rendimientos, comienzan a ponerse atractivos los bonos corporativos, que son los bonos de empresas. La primera gran diferencia con los bonos soberanos, surge desde el costado impositivo. Los bonos del país están exentos de ganancias y bienes personales, los bonos de empresas están exentos de ganancias, pero pagan bienes personales.
Como ejemplo, y muy buena alternativa de inversión, mencionamos el caso del bono de YPF convencimiento en el año 2025. Este bono vale en el mercado U$S 94,00. Paga una tasa del 8,25% anual, semestralmente el 28 de enero y 28 de julio de cada año, y su amortización es al final del período el 28 de julio de 2025. Este bono tiene una tasa de retorno del 10% anual.
Un bono de similares características como el Bonar 2024, tiene una tasa de retorno del 7,3% anual, claramente, hay un incentivo a vender Bonar 2024, y comprar YPF 2025. A pesar de la ventaja impositiva que tiene el bono del Estado.
En materia de acciones, claramente podría haber un rebote alcista. Sin embargo, nos parece que hay que seguir esperando un poco más. En febrero el mercado Chino estará cerrado ante los festejos de fin de año, y algo parecido ocurre en Brasil con los carnavales. Por otro lado, dentro de dos semanas vence el mercado de futuros y opciones en Argentina, lo que genera una oferta adicional de papeles.
Para los más ansiosos, los papeles ligados al sector petrolero son los que lucen más atrasados, sin embargo aún no sabemos si el petróleo a nivel internacional encontró su piso definitivo.
Las acciones que más satisfacciones están dando son las bancarias, estos papales no han mostrado una gran baja, y se muestran firmes ante la posibilidad de que Argentina retorne al mercado financiero internacional, y ellos sean los más beneficiados.
Se recomienda andar con cautela, pero si está ansioso, compre de a poco.
La tasa de interés en bancos sigue en el 25% anual, sin embargo, comprando letras del Banco Central se pueden conseguir tasas del 30% anual.
El dólar está en $ 14,40, si Argentina consigue crédito externo llegaran dólares a nuestra economía que plancharan el tipo de cambio, y generaran un problema en la economía real, ya que entorpecerán exportaciones, y alentaran importaciones.
La economía es muy compleja, tomar crédito es muy importante para nuestro país, pero si no corregimos las distorsiones fiscales, como la gran presión tributaria, la política arbitraria de subsidios (por producto como es el caso del subsidio al petróleo, y por región como es el subsidio a la electricidad) y la gran desigualdad social, lo que es bueno para algún sector es malo para otro. Por ende, no podemos totalizar, el acuerdo por la deuda en cesación de pagos, es un gran paso adelante, pero de ninguna manera, es la solución a todos los problemas que tiene el país.
Animo, hay un largo camino por recorrer.
Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo. Publicado en www.salvadordistefano.com.ar
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