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Por Salvador Di Stefano. |
El país está preocupado por un tema excluyente: la probable cesación de pagos en la que ingrese el país a partir del día 30 de julio, y sus consecuencias sobre la actividad económica.
Estado de la negociación
Argentina pagó el vencimiento de bonos con descuento bajo legislación extranjera en tiempo y forma. El monto emitido de esos bonos asciende a 3.060 millones de dólares. El juzgado de Thomas Griesa congeló estos fondos, para presionar a la Argentina a una negociación, sobre el 7% de la deuda que está en litigio y tiene fallo favorable para los acreedores.
Argentina no desea pagar esta deuda, fundamentando que existe una cláusula de acreedor más favorecido, si le paga a este 7% de acreedores el 100% de la deuda, el 93% restante (que cobró con una quita importante) podría reclamar un pago de similares características. Esto implica pago total de la deuda según las condiciones de emisión original, lo que significaría reconocer un fuerte aumento de la deuda pública. Para que esta cláusula no tenga como consecuencia una mayor deuda para el país, Argentina debería pagar en el año 2015.
Los acreedores dicen que pueden cobrar sin que se active dicho pago. Argentina, dice que no cree en la justicia americana, por ende, desea pagar en el año 2015.
¿Dónde está el problema?
El problema está en el mientras tanto. La posición de los acreedores es cobrar cuanto antes, Argentina quiere pagar el año que viene. Los acreedores desean embargar el pago que hizo la Argentina a los bonistas que ingresaron al canje, y esperaran cobrar los intereses del bono con descuento. Argentina pide que no se proceda a dicho embargo.
La discusión puede ser eterna, y seguramente se consumirá los próximos 6 meses. En octubre la Argentina debe enfrentar el pago de los bonos par, bajo legislación americana, de los que se emitieron 5.313 millones de dólares, y el problema de embargo, congelamiento de fondos o como quiera llamarlo, seguirá vigente.
La sucesión de instancias judiciales podría hacer interminable esta nota, pero la consecuencia de la que no se habla, es que durante los próximos 6 meses Argentina puede postergar el pago, y salir indemne del juicio en el año 2015, lo que no tendrá es un peso hasta que cumpla con la sentencia. No le prestarán, ni organismos financieros internacionales, y menos aún particulares. Esto no sería un problema, si no fuera porque el país tiene un déficit fiscal proyectado de 200.000 millones de pesos, las exportaciones están cayendo por el menor precio de las materias primas, tenemos que importar 10.000 millones de dólares anuales de energía, y tenemos un escaso nivel de reservas, de acuerdo a la demanda de dólares del conjunto de los agentes económicos.
¿Tengo alguna razón para ser optimista? Los operadores creen que por encima de todo, en el año 2015 habrá elecciones y Argentina cambiará radicalmente su mirada sobre la economía interna, y se volverá a abrir a los mercados mundiales. En el exterior los bonos están a precios más elevados que internamente y llegan dólares al país para invertir en Vaca Muerta. El problema para los argentino de a pie, es cómo transitar los próximos 6 meses, en una economía que carece de crédito internacional, un Banco Central que emitirá muchos pesos, una economía en recesión, inflación, devaluación, incremento de desempleo y de la conflictividad social.
La radiografía actual nos muestra un índice Merval en un valor muy elevado, cotiza por encima de los 8.000 puntos, pero con la posibilidad de un fuerte recorte en precios. No descartamos una baja del 10%, si se consolida el escenario de default la semana próxima.
Los bonos parecen haber llegado a un piso, pero no hay que fiarse. El Boden 2015 vale $ 968 y su paridad en dólares 86,50. Es un precio muy bajo, pero no hay operadores desesperados por comprar.
La tasa de interés se ubica en el 22% anual en bancos, y mucho más elevada en mutuales. Hay que ir a la mutual, se llegan a pagar tasas del 28% anual, es menos que la inflación, pero mucho más que la de un banco.
Finalmente, el dólar blue llegó a $ 12,90, está para cruzar la barrera de los $ 13, el mercado se está dolarizando ante la incertidumbre de 6 meses sin crédito internacional por delante, y fuerte déficit fiscal proyectado.
Conclusión
El gobierno desea malvinizar el juicio con los bonistas, no parece la mejor idea, pero el 50% de la población está a favor de no pagar. Se harán marchas y movilizaciones en todo el país. Todo esto servirá de poco para revertir el escenario recesivo que tiene actualmente la economía. Necesitamos un crédito urgente, la Argentina carece de liquidez, no tiene solvencia fiscal, y el principal producto que exportamos cae de precio. Muchos desafíos para invertir el tiempo en marcha y discursos floridos, la empresarios necesitan un mejor clima de negocio, financiamiento y menos presión tributaria, sin estos requisitos será imposible sostener el actual nivel de empleo. Sin empleo la familia argentina no estará feliz.
Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo.Publicado en www.salvadordistefano.com.ar
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