La realidad supera la ficción

Por Salvador Di Stefano.  
El mercado vive momentos muy especiales, desde estar cerca de levantar al default, a iniciar un juicio en La Haya. El gobierno soslaya la crisis.

Desde el 31 de julio en adelante estamos en presencia de otro mercado de capitales. El Banco Central dejó de comprar dólares en cantidades importantes, las reservas han descendido, y la base monetaria ha crecido en las últimas jornadas.

El Banco Central ya no puede seguir interviniendo en el mercado vía absorción de pesos. El presidente de la entidad, vía oral, invito a subir las tasas de interés de los plazos fijos. Algo muy extraño, por circular del ente que preside le puso techo a las tasas de préstamos, y ahora pretende que suban las tasas pasivas. Difícil de comprender.

El gobierno estaría realizando un swap de deuda con China. Ascendería a 11.000 millones de dólares, sirve para mejorar los costos de transacción de monedas en la operatoria comercial, de ninguna manera pasarán a formar parte de las reservas de nuestro país.

El ministro de economía Axel Kicillof les ofreció a los bonistas en litigio pagar la sentencia judicial del juzgado de Thomas Griesa, invitando a dichos bonistas a aceptar el canje, y no convalida el fallo del juez. Desconocemos si es una estrategia temporaria, o en enero de 2015 seguirá pregonando lo mismo.

La presidenta presentó una demanda ante La Haya por el juicio perdido en Estados Unidos, involucrando en el pleito al gobierno de Estados Unidos. Dicha demanda podría no prosperar si Estados Unidos no desea someterse a dicho juicio. Podría alegar que es un problema con el sistema judicial americano y no con Estados Unidos. Por otro lado, la Corte Suprema de Estados Unidos ya opinó sobre este juicio y lo hizo a favor de los bonistas en litigio. Argentina podría llevar el caso a la Organización Mundial de Comercio, para ello debería contar con el apoyo de la Unión Europea, algo difícil de lograr en estas circunstancias.

Argentina ya perdió en La Haya el juicio contra las pasteras uruguayas, con lo cual, un juicio en esta instancias, y con argumentos tan particulares, podrían enfrentarnos a una nueva derrota.

Por estas horas, un grupo de bancos extranjeros, y algunos empresarios argentinos, estarían juntando dinero para comprarle la deuda a los bonistas en litigio. Si bien el precio acordado sería la sentencia a cobrar menos una quita del 20%, los bancos y empresarios se muestran confundidos a la hora de llevar adelante la operación, ya que no hay señales de que Argentina se proponga pagar en enero próximo.

Primera conclusión

- Argentina tiene pocas ganas de cumplir el fallo de Thomas Griesa, ahora y en enero de 2015 también. Esto nos podría poner en un escenario de default, que no sería parcial o administrativo, sería crónico. Esto hace peligrar el valor de nuestras empresas y principales activos financieros.

Nuevas medidas económicas

La presidenta ha llevado adelante un encendido discurso en defensa de su gestión económica, sigue impulsando la demanda agregada, para ello incurre en suba de gasto público, sin importar si su financiamiento se realiza con emisión monetaria. Alega, en forma muy enfática, “si no invierte el Estado, no lo hace el privado”. Con estas palabras está reconociendo que no ha sabido transmitir confianza, aunque su lectura personal es que los empresarios no apoyan su gestión, el ministro los llamó buitres locales.

No parece que transitemos el mejor clima de negocios para que la inversión diga presente. Las exportaciones muestran una caída superior al 10%, y las importaciones han sido alcanzadas por la ley seca, hay pocos dólares para importar.

Segunda conclusión

- Según los dichos del gobierno, solo el Estado invierte, y los privados ponen excusas para no invertir.

¿Qué hacemos?

El gobierno ha tenido mucha suerte. El mundo sigue viviendo un escenario de tasas estrafalariamente bajas. La tasa de retorno del bono alemán a 10 años rinde el 1,1% anual, los bonos españoles el 2,5% anual, y la tasa de los bonos americanos el 2,4% anual. Este clima de tasas bajas luce insostenible en el tiempo, pero hoy ayuda, y mucho.

Los bonos argentinos están a precios regalados, pero nadie hace cola para comprarlos. Las acciones bajaron muy poco, para el riesgo existente. El dólar a un año tiene una tasa implícita del 36% anual, y cotiza a 11,38 la posición agosto de 2015 del Rofex, increíblemente la posición setiembre cotiza a 11,80 con un salto de precio muy elevado.

En esta coyuntura se propone ser cauteloso, pero no dejar pasar las oportunidades. El Bonar 2024 vale en bolsa $ 954, si tuviéramos que comprar dólares al precio del dólar blue que es 13, compraríamos solo U$S 74. Este bono paga una renta anual de 8,75% en dólares, esto implica que por cada U$S 73 invertidos, nos paga U$S 8,75 al año, lo que implica una tasa del 11,8% anual, una rentabilidad inexistente en el mundo actual.

El Bonar 2024 paga amortización a partir de mayo de 2019, en 6 cuotas anuales y consecutivas, las primeras 5 del 16,66% y la última del 16,7%.

En el marco de la actual incertidumbre, hay oportunidades que no podés dejar pasar. El correr de los días traerá más noticias, por ahora, vemos al gobierno preso de su relato épico, lejos del mercado y cerca de su propio dogma. El mercado podría haber bajado mucho más, sin embargo, espera que en algún momento regrese la racionalidad. Hoy la realidad supera la ficción.

Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo. Publicado en www.salvadordistefano.com.ar

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