Por DarĆo H. Schueri, desde Santa Fe. |
El Gobernador Miguel Lifschitz anunciarĆ” esta semana una ayuda "extraordinaria" para el sector lechero afectado.
Siendo auto referenciales, escribĆamos en estas mismas pĆ”ginas hace exactamente un aƱo que "la naturaleza, furiosa por las heridas que le causa el autodestructivo accionar del hombre, irrumpe otra vez en la ribera santafesina con su fuerza letal y aleccionadora ante la impotencia de gobernantes y afectados". Fue cuando el RĆo ParanĆ” - que a Dios gracias hoy dĆa permanece bajo- inundaba nuestro litoral fluvial. Y tres meses mĆ”s tarde azotaba impiadosamente la misma cuadrĆcula geogrĆ”fica que inunda hoy.
DecĆamos hace un aƱo que "el cambio climĆ”tico viene a llevarse puestas las mejores intenciones de los gobernantes, cacheteando a quienes hicieron realidad la profecĆa autocumplida, que ahora los lĆderes mundiales intentan corregir en “cumbres” climĆ”ticas que pretenden enmendar lo que no se cumpliĆ³ en otras parecidas, cuyos “protocolos” ni siquiera leyeron los que tenĆan que aplicarlos. Las “fuerzas del mercado”, la codicia y el egoĆsmo ganaron la pulseada. El planeta perdiĆ³".
El economista Guillermo AllĆ³n, que estuvo hace dos aƱos en esta capital invitado por la UISF, AllĆ³n describiĆ³ que por la acciĆ³n del hombre el cambio climĆ”tico es una realidad, referenciĆ”ndose de tal modo en estudios cientĆficos que seƱalan que la humanidad estĆ” viviendo el fin del perĆodo holocĆ©nico que se iniciĆ³ hace unos 12 mil aƱos, lo cual para el investigador “no quiere decir que se acabarĆ” el mundo, sino que plantearĆ” nuevos paradigmas”, y teniendo en cuenta el apotegma de que “cada amenaza es una oportunidad”, algunos paĆses podrĆan perjudicarse con el cambio climĆ”tico, mientras que otros se beneficiarĆan al poder contar con zonas cultivables donde hoy es terreno yermo.
Finalmente, el ilustre visitante nos calmĆ³ diciendo que de la misma manera en que el hombre trajo distorsiones, la irrupciĆ³n de la tecnologĆa aportarĆ” soluciones en la medida en que haya una cuidada planificaciĆ³n.
La misma pelĆcula, los mismos reclamos; ¿el mismo final?
Los desesperados productores agropecuarios - y pobladores en general - de las vastas zonas recurrentemente inundadas pugnan por mas obras hidrĆ”ulicas que les saque de encima la maldiciĆ³n hĆdrica (¿y si en otro momento hiciera falta?).
En Santa Fe existen mĆ”s kilĆ³metros de canales (oficiales y "paraoficiales") que de rutas, o sea que la cosa no pasarĆa por ahĆ entonces. Eruditos ocasionales en hidrĆ”ulica e hidrologĆa pontifican sobre la planificaciĆ³n hĆdrica en la Provincia, cuando los treinta y pico ComitĆ©s de Cuencas que funcionan en la Provincia proyectaron las obras con asistencia de expertos hidrĆ”ulicos de la Provincia junto a los propios productores. Basta con mirar Google Earth para advertir la telaraƱa de canalizaciones- insistimos: legales y no autorizadas- que existen en la zona nĆŗcleo afectada.
¿Es responsable de lo que pasa la Diosa soja y su hija dilecta la siembra directa, que impiden, aseguran algunos expertos, la absorciĆ³n del agua por parte del suelo?. Es indudable, mal que les pese a algunos, que la soja - como monocultivo - entrĆ³ definitivamente en debate, y como el clima, no tiene marcha atrĆ”s."La esencia del problema es el modelo de producciĆ³n y sobre el cual parece que es bastante difĆcil discutir", opina el diputado Santiago Mascheroni, quien se anima a plantear el tĆ©rmino "BloomberizaciĆ³n" en este debate, o sea, colige, "que el Estado haga lo que la "gente reclama": canales y mĆ”s canales sin asumir que la producciĆ³n debe poner lo suyo y dejar de trasladar las externalidades negativas a la comunidad inundando poblados para desagotar campos; o y los intendentes anegando campos productivos para secar sus poblaciones".
El cristinismo ideĆ³ - con la valiosa colaboraciĆ³n de los extraordinarios precios internacionales de la soja- un perfecto plan macabro para arriar a los productores, si querĆan seguir viviendo del campo, hacia la sojizaciĆ³n indiscriminada mediante la planificada destrucciĆ³n de la ganaderĆa, la lecherĆa, el trigo, para quedarse con el 35 % de retenciones al "yuyo" (que le dio a su vez confort y progreso a pueblos y ciudades) para subsidiar, "sin endeudarse", desde oportunos planes sociales hasta los servicios (luz, gas, transporte) cuya reversiĆ³n es el nudo gordiano del Presidente Macri.
Un ingeniero agrĆ³nomo cordobĆ©s (NicolĆ”s Bertram) se animĆ³ a cuestionar el monocultivo sojero, y hoy estĆ” a punto de ser expulsado del ParaĆso profesional por semejante herejĆa: "es totalmente diferente si vos tenĆ©s pasturas, pastizales y montes a que si en toda esa superficie tenĆ©s cultivos agrĆcolas con napas cerca", insiste sacrĆlegamente Bertram.
El Ingeniero JosĆ© Weber, quien supo ser Subsecretario de Recursos HĆdricos de la Provincia en los aƱos ochenta aporta lo suyo: "no tenemos conciencia real de los caudales que se movilizan. QuizĆ” no habrĆa que pensar solo en canales, sino tambiĆ©n en grandes lagunas y esteros de reservorio".
El Gobernador Miguel Lifschitz (orillando la famosa frase de Carlos Reutemann "a mĆ nadie me avisĆ³", cuando dijo de manera exculpatoria que "a mĆ me dijeron que tenĆamos que prepararnos para un aƱo de sequĆa por la NiƱa"), consciente de que estamos ante un fenĆ³meno de escala ambiental inimaginable, convocĆ³ a un comitĆ© de expertos climatĆ³logos para que le descifren el orĆ”culo del tiempo.
Mientras tanto, tendrĆ” que lidiar con lo que se viene: la guerra del agua.
Los productores agrĆcolas tambiĆ©n se basaron en las predicciones de los meteorĆ³logos (sequĆa) para el diseƱo estratĆ©gico de sus siembras. Y asĆ les estĆ” yendo.
Que no se planifica sin tener en cuenta que la tierra no es un planeta "muerto" como sus aledaƱos del sistema solar (dirĆa Jorge Coglan del CODE), es verdad. Expertos coinciden - como AllĆ³n - que el cambio climĆ”tico responde a otros factores de reacomodamiento atmosfĆ©rico global que escapa a la mano del hombre. Hoy lo que se analiza es el impacto que tienen lluvias muy severas y vientos focalizados, muchas veces en pocos kilĆ³metros, no son los huracanes del Caribe, pero es cierto que se dan con mucha intensidad.
Un ejemplo: se habla en la zona del Departamento Castellanos del ensanche - hasta transformarlo en un cuasi RĆo como el arroyo ColastinĆ© - del canal Vila - CululĆŗ (que desagua en el RĆo Salado, que a su vez desemboca en esta ciudad capital, telĆ©fono para JosĆ© Corral). Pues bien, el Vila - CululĆŗ data del aƱo 1936 y se hizo para evacuar una cuenca de 60.000 Has; nunca se ensanchĆ³ y actualmente evacua una cuenca de 200.000 Has, mĆ”s el agua que baja desde CĆ³rdoba. ¿Alguien piensa que no desbordarĆa inundando, como en estos dĆas, campos que nunca se inundaban y que ahora tienen un metro de agua?.
¿No serĆa mejor "desviar" el agua de Castellanos hacia la cuenca del Arroyo ColastinĆ© que desemboca en el RĆo Coronda entre Ć©sa ciudad y Arocena?. Santa Fe capital, Ćŗltimo bastiĆ³n aguas abajo, sitiada ademĆ”s por el RĆo ParanĆ” estarĆa agradecida.
Ejemplos como el sindicado los encontramos por decenas en toda la geografĆa hĆdrica provincial. El mismo debate sucediĆ³ hace aƱos con los Bajos Submeridionales (que aĆŗn esperan las compuertas y retardadores); y los mismos productores desesperados, o egoĆstas, que por entonces taponaban canales existentes o construĆan irregulares (que no puede manejar legalmente la Provincia porque un proyecto de Ley del Senador Lisandro Enrico modificatorio de la Ley de Aguas duerme en el Parlamento) tambiĆ©n son los que hicieron y hacen eso en otros Departamentos. Ya hubo recursos de amparo para evitar - paradĆ³jicamente - la construcciĆ³n de canales, y por estas horas estudios jurĆdicos tramitan futuras demandas a la Provincia.
"El criterio de manejo de los excedentes hĆdricos requiere de un alto grado de solidaridad difĆcil de encontrar en los involucrados", dice el ingeniero Carlos Carrara, experto en planificaciĆ³n hidrĆ”ulica.
Urge tratar la existente -en debate parlamentario- o una nueva Ley de Aguas que ordene y sistematice lo que los climatĆ³logos, meteorĆ³logos, astrĆ³logos y demĆ”s pronosticadores auguren para los azarosos tiempos por venir. Y los Bosque Nativos.
Para conciliar los intereses estĆ” el Estado con su constitucional divisiĆ³n de poderes.
El Gobernador Lifschitz estĆ” ante del desafĆo histĆ³rico de congeniar los intereses econĆ³micos y sus "soja dividendos" con los sociales y el nuevo paradigma productivo que estĆ” naciendo.
Y los polĆticos: en un aƱo electoral estas inundaciones se llevarĆ”n puesto al mĆ”s pintado.
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