Dante Romano Director de Centro de Gestión Agropecuaria - Esta semana los precios tuvieron en Chicago una importante recuperació, que en Argentina fue copiada por la soja, más no por los cereales que sufren los efectos de los límites a la exportación de granos. La gran pregunta es si la baja que vimos en las semanas previas fue lo peor para este mercado o si podríamos esperar precios más bajos a futuro. Lamentablemente para los productores Argentinos que sólo le han puesto precio al 5% de la soja, es posible que veamos nuevas bajas en febrero cuando lleguen los datos de intención de siembra y los primeros cálculos de oferta y demanda para la campaña 2013/14 de EEUU.
Pero recapitulemos un poco a que se debió la baja previa del mercado, el repunto de esta última semana, para luego analizar los nubarrones en el horizonte.
Recordemos que el año 2012 estuvo signado por los problemas productivos. A inicios de año vimos como una seca feroz en nuestro país, que afectó en menor medida a Brasil, terminó diezmando la producción sudamericana.. Tras esto se esperaba que con la campaña Norteamericana el mercado se reabasteciera. Pero ello no fue así: una nueva seca, esta vez en EEUU afectó gravemente a los cultivos de verano, y si bien el maíz se llevó la peor parte, cayendo su producción desde los 375 mill.tt. esperados en mayo a 273 mill.tt. que informó el USDA la semana pasada, también la soja se vio afectada, ya que la estimación inicial de producción era de 87,2 mill.tt. y terminó siendo de 82,1 mill.tt. Esto, junto con la pujanza de la demanda, terminó generando una escalada de precios muy fuerte, que hizo que la posición noviembre 2012 en Argentina alcanzara picos de casi 450 U$S/tt.
A partir de noviembre sin embargo, comenzó a ingresar la cosecha de maíz y soja en EEUU, y los rindes terminaron de disipar las dudas acerca de que tan mala era la campaña y los especuladores se quedaron sin motivos para seguir incrementando sus compras. Por ello comenzaron a liquidar sus posiciones compradas generando una baja muy importante, que sólo encontró pisos a fines de noviembre.
A fines de noviembre el foco del mercado pasó de Norteamérica a Sudamérica. Normalmente la gran preocupación climática en estos mercados se da en la etapa reproductiva de los cultivos que se produce en diciembre/enero. Pero como este año desde el arranque de la siembra se dieron fenómenos meteorológicos extremos, los precios se cargaron anticipadamente de premio climático y tuvimos un nuevo raid de subas, relacionado con la siembra tardía en Argentina de maíz y soja y distintos problemas que se fueron dando en Brasil, pero que en general se fueron salvando con la llegada del clima necesario justo a tiempo para que los cultivos no sufrieran.
Sin embargo, a fines de diciembre finalmente los excesos de lluvia que impedían sembrar en Argentina cesaron, y en Brasil las perspectivas productiva eran muy buenas, con lo que el mercado descargó esa prima climática rápidamente, dejando a los precios en niveles bastante bajos.
Esto nos trae al mes en curso, donde dos hechos generaron una recomposición en los valores. Por un lado el relevamiento de los stocks al 1 de diciembre en los EEUU mostraron existencias bastante más bajas que lo esperado de maíz (5 mill.tt. menos que las proyecciones previas). Esto habla de que el consumo resulta incluso más firme de lo que se venía pensando, y que habría logrado absorber incluso una producción levemente mayor a la que hasta ese momento se venía pensando. En soja también se encontraron stocks más bajos que los esperados al 1 de diciembre, y si bien la diferencia resultó menor que en maíz, el dinamismo en el consumo de soja hizo que los precios tuvieran una rápida recuperación.
El segundo elemento tras la suba de esta última semana es el clima en Sudamérica. EL mercado se apuró demasiado en remover el premio climático. La falta de lluvias que se viene dando desde fines de diciembre, junto con los calores elevados, llevaron a que por un lado se pudiera terminar de sembrar, pero por el otro a que los cultivos sufran estrés hídrico. Resulta paradójico que hasta mediados de diciembre el problema fuera el exceso de humedad, y hoy estemos quejándonos por la falta de lluvias, pero es evidente que los cultivos están sufriendo. En el sur de Brasil habría una situación similar, a la que hay que sumar que en el norte donde se está en tiempos de trilla, las lluvias están generando inconvenientes, y los rindes que se van obteniendo no son del todo buenos.
Analizada la situación en la que estamos al momento y que se está discutiendo en precios, pensemos ahora en el dinamismo hacia adelante.
En primer lugar lo más cercano. La producción de Sudamérica no será excelente ya que se fueron dando distintos problemas climáticos y como acabamos de comentar al momento hacen falta lluvias, pero las perspectivas indican que tampoco debiéramos tener la grave situación del año pasado. Con esto queremos decir que ya podemos descartar que nos enfrentemos a un problema de oferta similar al del año pasado. La producción Sudamericana no será tan mala.
Pero durante febrero tendremos dos eventos que comenzarán a quitar el foco de Sudamérica para llevarlo nuevamente al país del norte. El primero será la publicación del AGRICULTURAL BASELINE PROJECTIONS del USDA. Este informe proyecta las condiciones económicas del sector agrícola Norteamericano a 20 años. Si bien el horizonte temporal del informe parece presuntuoso, lo cierto es que las proyecciones para la campaña siguiente suelen ser bastante acertadas. Por ello se observará en dicho informe que variación de área se proyecta. Los sondeos previos hablan de un incremento de entre 800.000 ha a 1 millón para la soja, y de que el maíz que creció muy fuerte en área el año pasado, no solo conservaría esta mayor superficie, sino que podría sumar alguna fracción más, algo así como 150.000 ha. Recordemos ahora que el problema de oferta del año pasado no fue la poca superficie sembrada, sino el rendimiento. Si se toman estas superficies y se les aplican rindes tendenciales, tal como metodológicamente viene haciendo el USDA en sus primeros informes, podemos pensar en una cosecha de maíz EEUU 2013/14 que será proyectada entre 390/400 mill.tt. y una de soja que estaría en torno a las 90 mill.tt. Es cierto que el consumo se despertará gracias a la mayor oferta, pero los precios seguramente no serán los del año anterior si estas proyecciones son acertadas.
Aquí es importante recordar que si bien es cierto que todo dependerá del clima, en las primeras proyecciones se trabaja siempre con rindes tendenciales, y no es posible argumentar nada en contra de esto, ya que todo estará por decirse. Por más que la situación actual de humedad en los suelos es muy deficitaria, está comenzando a llover mejor, y en el pronóstico de mediano plazo, ya comienzan a mostrarse perspectivas de que la humedad se recupere.
Por esto es que nos atrevemos a proyectar que los precios podrán seguir en las próximas dos o tres semanas entonados con el clima en nuestra región, la demanda firme y gráficos que técnicamente se ven mucho mejor, pero que febrero traería bajas, que se prolongarían hasta el período climático norteamericano, donde habrá que ver finalmente como viene la temporada.
En lo que hace al mercado del trigo, también se dieron subas. En parte por simpatía con la soja y el maíz, pero también porque a la falta de humedad en EEUU, se le suma la preocupación para la zona del mar negro, donde las precipitaciones han sido esquivas, hay poca cobertura de nieve que proteja al trigo, y las temperaturas están bajando mucho. Lamentablemente recién se hará evidente la situación de estos cultivares cuando llegue la primavera boreal y veamos como despiertan esos trigos de la hibernación y que depara las lluvias a partir de ese momento para los mismos. Por ello solemos ver luego de mayo recuperación en los precios del trigo. Habrá que esperar entonces.
Lo cierto es que localmente el mundo tiene que digerir que Argentina tendrá una cosecha muy magra. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó 9,8 mill.tt. Esto implica que no se podrá contar con nuestro país como proveedor de trigo, ya que la exportación ha cerrado compromisos de venta el exterior que de hecho serán difíciles de cubrir con este tamaño de cosecha. El principal perjudicado por la menor oferta Argentina será nuevamente Brasil que tendrá que ir a buscar el trigo a otras regiones.
Por otro lado, además de haber problemas de menor producción, también hay inconvenientes de calidad. Las lluvias en época de cosecha han generado dificultades con el peso hectolítrico. Se reportan situaciones conflictivas para dar cumplimiento a los contratos comprometidos.
Tengamos presente que la exportación tiene compras declaradas por unas 4,8 mill.tt. mientras que por la producción que antes comentamos, el saldo exportable sería de sólo 3,8 mill.tt. Si bien es cierto que inicialmente se pre asignaron ROE VERDE por 6 mill.tt. proyectando una cosecha mayor, y que los exportadores ya habían pedido los ROE VERDE, recibido el aprobado y pagado los derechos de exportación, el gobierno sólo les daría permiso de embarque por 2 mill.tt. durante enero y febrero, dejando el resto supeditado a los relevamientos reales de producción. Es muy posible que la exportación termine con una posición de 1 mill.tt. compradas que no podrán embarcar, razón por la cual están tratando de vender esos granos, o bien de cancelar los negocios, lo que aliviana la situación de los productores que quieren anular contratos por no contar con la calidad deseada.
En cuanto al maíz, todavía es temprano para hablar de producción, ya que si bien el maíz de primera se encuentra relativamente bien, hay zonas como Entre Ríos donde la falta de humedad se está haciendo sentir. Por otro lado todo el maíz de segunda o de siembre tardía pasará por la floración recién en febrero, con lo que la falta de lluvias recientes podría transformarse en un problema de persistir. Sin embargo sabemos que por la demora en la siembra, se ha pasado área de soja a maíz lo que podría terminar generando algo de producción adicional. La cosecha estaría entre 23 y 26 mill.tt., con un consumo de 8 mill.tt. para el mercado interno, el saldo exportable podría estar de 15 a 18 mill.tt.
Recordemos que el gobierno pre asigno 15 mill.tt. de ROE VERDE de maíz nuevo. De ellas 11 mill.tt. correspondieron a CIARA, cámara que nuclea a los grandes exportadores, y las 4 mill.tt. remanentes quedaron para CAPECO, la cámara más reciente cuyo objetivo es nuclear a los pequeños exportadores. La razón por la cual se le reserva un tonelaje a los pequeños es que para realizar los negocios es necesario pagar por anticipado los derechos de exportación, siendo esto un problema para este sector, que no cuenta con la capacidad financiera de las grandes empresas multinacionales.
Ahora bien, las compras del sector exportador ya se encuentran en torno a 11 mill.tt. y podemos pensar que las mismas corresponde a los exportadores nucleados en CIARA en su mayoría. De allí que desde mediados de diciembre se ha pausado totalmente las compras semanales de maíz, y que en esta última semana el interés de los grandes compradores se haya agotado.
En tanto, en lo que hace a maíz viejo, terminó dándose lo que se suponía cuando el gobierno permitió en agosto que se repartieran otro lote de ROE VERDE de maíz viejo: se sobre estimó la producción, se permitió que demasiado maíz saliera al mercado de exportación, lo cual generó un problema para el consumo interno. Para solucionar esto el Ministerio del Interior a cargo de Guillermo Moreno haciendo uso del acta acuerdo de los exportadores con esta repartición, les está pidiendo que abastezcan el mercado interno.
Vale la pena mencionar que estos dos movimiento del gobierno, el de autorizar mucho ROE VERDE de trigo y ahora negar el embarque cuando los buques ya están programados, y el hecho de autorizar exportaciones de maíz para luego pedir que se reabastezca el mercado interno cuando no hay oferta disponible, generan un mal precedente hacia adelante para el mercado de granos. La incertidumbre creciente seguramente hará que los exportadores traten de quedarse con mayor rentabilidad en sus operaciones para cubrir hechos como estos, y finalmente quien asume el costo es el productor que termina recibiendo un menor precio de tranquera.
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