Un escenario de confusión general

Por Salvador Di Stefano.  
Kicillof no negoció, y FrĆ”bega hizo una propuesta poco seria. Falta una hoja de ruta. Los negocios estĆ”n trabados. El escenario es “desensillar hasta que aclare”, recesión asegurada.

El gobierno navega en aguas muy turbulentas. La presidenta denostó la propuesta de los bancos argentinos por comprar los bonos de la deuda pública, dejando muy mal parado al banquero Jorge Brito, y por ende, al presidente del Banco Central Juan Carlos FÔbrega. El ministro de economía Axel Kicillof cargó contra el mediador, el juez y el sistema financiero internacional. Un escenario de confrontación, sin salidas a la vista.

Una buena y otra mala del gobierno

Los banqueros locales quisieron comprar la deuda pública. Las versiones dan cuenta que lo harían con el dinero de los ahorristas, que estÔn en las arcas del Banco Central como encajes de los depósitos del público. Esto molestó al gobierno, y también lo denunció la diputada Elisa Carrió. En este punto, creemos que el gobierno obró con racionalidad, habría sido una locura hacer uso de esos fondos, nos extraña que el presidente del Banco Central se vea involucrado en dicha operación. No nos pareció una muy buena idea. Punto para Cristina.

Por otro lado, el gobierno sigue atacando al juez Thomas Griesa, que tomó la causa hace 30 meses atrÔs, tuvo 11 fallos a su favor, y la Corte Suprema de Justicia, al no tomar el caso, avaló los fallos del juez. Los bonistas que litigan, reclaman el pago total de los bonos, y nunca se sometieron al canje. El triunfo en los tribunales americanos le da la posibilidad de reclamar el pago total.

Ante este escenario, el gobierno le sigue ofreciendo el canje, que fue el motivo por el cual fueron a litigio. Es un diƔlogo de sordos, el gobierno no se mueve de su propuesta, a pesar de tener un fallo en contra, y los bonistas quieren disfrutar su triunfo legal.

Hasta aquí hemos relatado lo que sucede, lo que nadie dice, es cómo salimos de este problema. Argentina necesita financiamiento, como cualquier país del mundo, y si no acuerda, el crédito no llegarÔ, tendremos que financiarnos con emisión monetaria, lo que traerÔ aparejado inflación y devaluación, como lo observado durante el año 2013.

Hay mucho relato, y pocas acciones trazadas para resolver el problema. El gobierno estÔ lanzado a acelerar las contradicciones. La oposición brilla por su ausencia, y en los últimos 31 días no hemos avanzado un Ôpice en el problema, y lejos de pensar en producir, seguimos hablando de cómo enfrentar a los bonistas en litigio, sin plan y sin futuro.

¿Por quĆ© estamos en esta situación?

- En primer lugar, esta deuda es anterior al aƱo 2002, lo que implica que es un problema de otras administraciones que gastaron por encima de sus posibilidades, y le dejaron un pesado regalo a las generaciones futuras.

- En segundo lugar, el canje de la deuda que se diseñó en el año 2005 fue muy malo, ya que en la mayoría de los canjes hay un 3% de insatisfechos, en este caso, los juicios ascienden al 7% del total de la deuda. Los autores del canje, dejaron caminos para que nos hagan juicios, y de esto son responsables Néstor Kirchner, Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen. No tiene lógica que los dos últimos aparezcan sin responsabilidades, cuando fueron los padres de la criatura.

- En tercer lugar, los bonos fueron emitidos bajo ley americana, los que estƔn en litigio, y los nuevos que ingresaron al canje. Esto habla a las claras que nadie nos cree, y si deseamos colocar deuda, tenemos que aceptar tribunales del exterior, porque las instituciones argentinas son un espanto, y la avivada criolla es moneda corriente en los negocios con el mundo, por algo tenemos tantas cesaciones de pago sobre el lomo.

Hasta aquí estamos llenos de diagnósticos, y sin hoja de ruta para salir del problema. A lo mejor un problema externo nos saca del problema.

En el mundo hay seguros contra bonos, hoy podríamos asistir a que algunas calificadoras obliguen a que se paguen dichos seguros, sobre los bonos argentinos que no cobrarÔn el interés, a pesar de que Argentina pagó, pero un juzgado congeló dicho pago. Si ello ocurre, un banco internacional sería muy perjudicado, ya que es el principal asegurador de esos bonos. Esto hizo que esta entidad evaluara comprar el total de la deuda en manos de los bonistas en litigio, y negociar directamente con Argentina, para que el juez levante el congelamiento de fondos, el país pague los intereses de la deuda, y este banco no pague los seguros de default.

De casualidad, se podrĆ­a resolver el problema argentino, lo que no implicarĆ­a que el paĆ­s cambiara su status de paĆ­s complejo para prestarle dinero.

En el corto plazo

El gobierno estÔ observando cómo los bonos siguen a la baja, y las acciones estÔn para mostrar un fuerte ajuste de precios. El mundo se complicó, comenzó a subir la tasa de interés, las materias primas no paran de bajar, y la bolsa americana estÔ ajustando a la baja. En este escenario, el dólar blue podría ubicarse entre $ 13 y $ 14 a corto plazo. El dólar oficial a 8,25 no es sustentable en el tiempo, se necesita un tipo de cambio de 10 para mejorar la competitividad, y lograr que se liquiden divisas.

En el largo plazo

Este problema se soluciona con el próximo gobierno. El líder de esta administración es Axel Kicillof, pasarÔ mÔs tiempo atendiendo los juicios de los bonistas que solucionando los problemas concretos de la economía.

Nuestra presidenta ha tomado el tema como una gesta nacional y popular, que perdurarÔ mientras la recesión no se siga profundizando. En la medida que el desempleo impacte en las familias argentinas, la épica darÔ paso al pragmatismo, y el apoyo de mÔs del 50% de la población se irÔ diluyendo.

Conclusión

- Hay que armar inversiones defensivas. Las acciones y bonos estƔn muy baratos, pero pueden colocarse a precios mucho mƔs bajos si no hay una hoja de ruta para salir de la crisis.

- El dólar blue estÔ llamado a atraer la atención de los ahorristas. Con un precio de 13, sobre un oficial de 8,20, vuelve la bicicleta financiera, con $ 4,80 de diferencia.

- Axel Kicillof prevaleció con su estrategia por encima del presidente del Banco Central Juan Carlos FrÔbega, que presentó una propuesta desatinada. La ideología pesarÔ mucho mÔs que el pragmatismo.

- En economía, todo es muy simple. Cuando los escenarios se complejizan y aparece una alta volatilidad, los inversores desensillan hasta que aclare. No hay negocios posibles, la recesión es una realidad y las operaciones estÔn muy trabadas. Nadie vende porque no le satisface lo que va a percibir, y muchos no compran porque creen que los activos deben bajar mÔs de precio. La espera desespera, el gobierno salió a comprar tiempo, y no ve que el tiempo lo corre cada vez mÔs rÔpido, y las decisiones se precipitarÔn con consecuencias no deseadas para los hombres de a pie. Un escenario de confusión general nos invade, y la salida no estÔ a la vista, ojala aparezca pronto.

Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo. Publicado en www.salvadordistefano.com.ar

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