Conversaciones con un billete de 100

Por Salvador Di Stefano.  
Los argentinos hemos presenciado la pérdida de valor de unos de los billetes que nos acompañó en los últimos 22 años de vida económica. De valer U$S 100, hoy no llega a U$S 7. Descubrilo en esta nota.

¿Cómo te sentís?
- Cada día más viejo, usado y devaluado. Pensar que nací el primero de enero de 1992, mi pariente más cercano fue el austral, que tuvo una gran devaluación, le sacaron 4 ceros. Llegué al mundo con la convertibilidad. Y cuando el austral se fue, me dijo, “que no te pase nunca lo mismo que a mí”.

La convertibilidad fue una época de oro para vos.
- Sin duda, era el uno a uno. Hasta el año 1995 todos me alababan. Luego vino el tequila, la re elección de Carlos Menem y a partir del año 1997 una desaceleración económica, que se transformó en depresión, llegando a la crisis del año 2001, los cinco presidentes y una época para el olvido.

Comenzaste a perder tus fortalezas.
- Hasta el 7 de enero de 2002, mi valor fue de U$S 100. Los años no vinieron solos, después de cumplir 10 años sin devaluar, el torbellino del año 2002, me colocó en un valor de U$S 25, el peso se devaluó con el dólar y su paridad se ubicó en $ 4.

No fue una época fácil, pero los primeros años fueron muy buenos.
- Sin dudas, entre el año 2002 y el 30 de junio de 2011, el dólar cotizó a $ 4, y mi valor era de U$S 25. Fueron años muy buenos. Argentina, salvo la crisis con el campo en el 2008, mostró años de fuerte crecimiento económico. En el año 2007 el kirchnerismo se consolidó en el poder, cuando Cristina Fernández de Kirchner ganaba las elecciones presidenciales.

¿Cómo te trataron?
- Carlos Menem me trató muy bien, y me descuidó en la última parte de su mandato. Fernando De la Rúa me destrató, con él perdí mi época de oro.

¿Con el Kirchnerismo?
- Todo muy bien con Néstor Kirchner en vida, los superávit gemelos permitieron que se mantuviera mi valor. El 27 de octubre de 2010, falleció, y me dejaron en el olvido, todo cambió desde esa fecha en adelante.

¿Qué sucedió?
- En diciembre de 2011, luego del triunfo de Cristina Fernández de Kirchner, ya cotizaba en $ 4,74, y nacía el dólar blue. A partir de allí, la decadencia me superó. En el año 2012, el peso se devaluaba y llegó a 6,80 por dólar. En diciembre de 2013, un dólar valía $ 10. Creía haber pasado lo peor. En la convertibilidad valía U$S 100, en la salida de la convertibilidad U$S 25, y a fines del año 2013 U$S 10. Sin embargo, la presidenta se oponía a que tuviera competencia, y perdiera el título del billete de mayor denominación.

¿Cómo vivís este momento?
- Vivo apretado en los bolsillos de los argentinos. Ya no viajo al exterior, no me quieren fuera del país. Me manosean en forma permanente, ya que me cuentan varias veces al día. Me reproduzco y reinvento en forma permanente. Me hicieron en Argentina y en Brasil. La Casa de la Moneda y Ciccone me reprodujeron. Tengo en mi fachada a Julio Argentino Roca y a Eva Perón. Tengo un récord, en la serie de Julio Argentino Roca, se imprimieron tantos billetes que se tuvieron que utilizar dos letras para no repetir la emisión.

¿Cómo te trata el 2014?
- Es mi peor año, el dólar cotiza a $ 15. Esto implica que no valgo ni U$S 7 dólares. Desde mi nacimiento hasta hoy, perdí más del 93% de mi valor. En cualquier momento me jubilan.

Cristina no te abandonará.
- Lo sé, pero pronto vendrán nuevos aires. Nuevos billetes y pasaré al olvido.

¿Qué creés que te perjudicó?
- Mi peor enemigo fue la inflación. Consecuencia directa de la mega emisión y reproducción en el mercado. La mayor cantidad de billetes, que impactaban con una menor producción, hicieron que la inflación escalara muy alto. Pasan los días y cada vez valgo menos, mi final es inexorable.

¿Cómo ves el futuro?
- Creo que tengo que dejarle el lugar a un billete nuevo. Alguien que nazca con más fortaleza y menos debilidades.

¿Cuánto debería valer el nuevo billete?
- Como mínimo U$S 100. Esto sería el equivalente a un billete de $ 1.500. Te diría que lo hagan de $ 2.000 para no tener que reemplazarlo pronto.

Te aviso que no desean hacer uno de $ 500, menos harán uno de $ 2.000.
- Entonces seguiré maltratado, mi época de oro pasó, hoy con un billete no alcanza para ir al supermercado, y en algunos casos, tampoco alcanza para pagar un taxi. Te dejo, porque esto me deprime, cada vez valgo mucho menos.

Aquí terminó nuestra conversación. Lo vimos muy deprimido, agobiado y desganado. El billete que brilló en la década del 90, está pasando al olvido. Pronto vendrán otras caras extrañas, a brillar con billetes nuevos. Todos llevaremos a Roca en el corazón, en otras épocas moríamos por el escaso billete de $ 100 que eran U$S 100; hoy abundan en la enmarañada city financiera, se necesitan 15 billetes para comprar su par americano. Su vida fue muy sufrida. La nuestra, la de todos los días, mucho más. La inflación no solo se está llevando a Roca y Evita, también a buena parte de los sueños de muchos argentinos. Lo miro en mis manos, y se me pianta un lagrimón.

Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo. Publicado en www.salvadordistefano.com.ar

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