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Por Salvador Di Stefano. |
El Ministro de Economía no trae consigo propuestas novedosas, más bien es el compendio ilustrado de los mejores momentos de Juan Carlos Fabrega y Guillermo Moreno. Sin embargo, aplicar similares medidas, sin cambios estructurales, traerá consigo peores resultados. Vamos a un repaso de lo que se busca realizar, y proyectemos el escenario futuro.
En el verano de 2014, Juan Carlos Fabrega devaluaba el signo monetario, subía la tasa de interés, desdolarizaba a los bancos, y le pidió U$S 2.000 millones a los exportadores. Este conjunto de medidas sirvió para calmar las aguas temporariamente, y al no realizarse cambios estructurales, todo volvió a cambiar. Las reservas cayeron, el peso se devaluó, los activos argentinos descendieron y la recesión sigue, más profunda, entre nosotros. Casi una remake de la época de Guillermo Moreno.
En la actualidad, el Ministro de Economía toma una serie de medidas, muy parecidas a la de comienzo de año, peor no consigue revertir el escenario de corrida.
- En primer lugar, se procedió a intervenir el sistema financiero. Los bancos tienen delimitado a qué precio compran el dinero, a qué precio lo venden, a qué precio le prestan al Estado (Lebac 27% anual) y a qué tasa subsidian a las empresas (préstamos al 19% anual). Con este mix de operaciones pierden dinero seguro.
- En segundo lugar, desdolarizaron la posición de títulos públicos de los bancos. Una bala menos que le queda en el cartucho al Ministerio de Economía.
- En tercer lugar, le pidieron U$S 1.500 millones a los exportadores. Con buen tino, los exportadores le dijeron al ministro que en enero pasado adelantaron U$S 2.000 millones porque estaban a un mes de la cosecha, hoy adelantar U$S 1.500 millones cuando faltan 6 largos meses para la cosecha es prácticamente suicida.
- En cuarto lugar, le pedirán a las aseguradoras que desdolaricen sus carteras, como ya lo hicieron los bancos.
- En quinto lugar, buscan someter a autorización previa o cargar impositivamente, la operatoria de contado con liqui, con la cual una empresa compra un bono en pesos y lo vende en dólares en el exterior, o compra en dólares en el exterior y lo vende en pesos en el mercado local (ingreso de inversiones extranjeras al país, alguien sale y otro entra dólares)
Todas estas medidas, lejos de ser novedosas, repiten un mismo patrón de comportamiento, se buscan cazar fantasmas, y no realizar los cambios estructurales necesarios para salir de la crisis.
Luego de llevar adelante este compendio de tropelías, los resultados son los siguientes.
- Boden 2015, valor en plaza $ 1.200, que a un tipo de cambio blue de 15, nos da un valor de U$S 80. En un año este título te pagará U$S 107, lo que trae consigo una ganancia de U$S 27. Esto implica un porcentaje del 33,75% anual, esto comparado con la tasa del 0,25% anual en Estados Unidos, para ganar lo mismo que en el Boden 2015 en el país del norte, se necesitan 135 años.
Conclusión: Este bono genera una ganancia tan grande, que da sospechas de que finalmente sea pagado en tiempo y forma. Alerta, cuidado, peligro.
- Bonar 2024, valor de plaza $ 1.180, que a un tipo de cambio blue de 15, nos da un valor de U$S 78,7. En un año paga una renta de U$S 8,75, la primera mitad el 5 de noviembre, y la otra el 5 de mayo. Esto nos da una rentabilidad de bolsillo del 11,1% anual.
Conclusión: Este bono luce más pagable que el anterior. Es menos dinero, y una tasa que es muy elevada, pero razonable para el riesgo argentino.
El gobierno nacional con las medidas hasta ahora adoptadas por el Ministerio de Economía y el Banco Central ha generado un menú de inversiones para los especuladores, nunca imaginado. Dichas inversiones tienen tanta rentabilidad que atentan contra el buen funcionamiento de la actividad privada. Pocos negocios en la Argentina renta el 33,75% anual en dólares, o el 11,1% anual en dólares. El gobierno lejos de pelear con los buitres, les vive ofreciendo oportunidades de ganar más dinero.
Conclusión general
- Hay que dejar de salir a cazar fantasmas, y trabajar en forma más enérgica en la solución de los problemas del país. Si seguimos con una inflación proyectada del 40% anual, y un riesgo país tan elevado, la consecuencia lógica será un dólar blue más elevado, que es el refugio al que recurren los que desean protegerse del riesgo argentino. Hoy la brecha entre el dólar oficial y el blue es del 77%, cuando debería ser 0%, o ubicarse en una diferencia no mayor al 25%.
- Los bonos argentinos muestran rentabilidades estrafalarias, puede invertir en el que más le guste. Si le va mal, ganará varias veces lo que se gana en un año en el mundo. Puede elegir el Boden 2024 que es más tranquilo, el Boden 2015 seguramente será canjeado por otro título, el gobierno podría no contar con U$S 6.700 millones en efectivo para cancelar su pago en octubre de 2015.
- Si hacen siempre lo mismo, obtendrán similares resultados. Cuanto más intervengan el mercado, más subirá el dólar blue. Cuanto más demoren la suba del dólar oficial, más grande será el ajuste a futuro. En toda esta puja, los asalariados vieron perder un 20% su poder adquisitivo. Si el gobierno no actúa, perderán otro 20% más de aquí a marzo de 2015. Los negocios deben preparar la oferta para productos más económicos, la crisis avanza, la forma de hacer negocios muta a pasos agigantados.
Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo. Publicado en www.salvadordistefano.com.ar
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