Se crece si hay inversión. Si no se crece, recalculando

Por Salvador Di Stefano.  
Tomar dinero prestado no hace que el país crezca, solo sirve para comprar tiempo.  Si no hay un ingreso de capitales para inversión directa de no menos de U$S 45.000/60.000, el escenario se complica. 

La semana que termina nos deja un sabor binario, por el lado positivo, tenemos:

1)    El Banco Central logro bajar la tasa de corto plazo al 28,75% anual. Luce muy elevada, pero acelero su baja luego que el Banco Central termino de pagar las deudas que le dejo la anterior administración del dólar futuro, levanto el embargo comercial y el cepo al dólar. Por otro lado, este mismo gobierno había colocado la tasa en el 38% anual, y ya la bajo el 9,25% anual.

2)    Brasil muestra una recuperación muy rápida, y esto alienta expectativas positivas para el año 2017. La bolsa paulista sigue a la suba, paso de 37.000 a 57.000 puntos. El real se apreció, pasando de 4,50 por dólar a 3,23 reales por dólar.

3)    La tasa a escala mundial sigue siendo muy baja. Esto alienta la posibilidad de que el país, las provincias y el sector privado se sigan financiando en los mercados mundiales.

Por el lado negativo, tenemos:

1)    El blanqueo no arranca, no hay cola para acogerse al sinceramiento fiscal. Al mundo empresario le parece caro, desafortunada su puesta en escena en un escenario económico tan mediocre.

2)    El déficit fiscal sigue siendo muy elevado. Si bien se nota una desaceleración en el crecimiento del déficit, el pago de las sentencias judiciales a los jubilados podría expiralizarlo a la suba.

3)    Hay una batería de indicadores negativos. Ligados a ventas menores que la inflación, caída de la confianza del consumidor, los problemas de tarifas, la baja en la actividad económica y el mayor desempleo.

Por más que sigamos marcando hechos positivos o negativos, a la única verdad es la realidad, y nos parece que tendríamos que resaltar algunos puntos.

El gobierno procederá a bajar la inflación. El efecto combinado de mayor recesión, y una fuerte desaceleración en la emisión de moneda, nos llevará a tasas de inflación mucho más bajas. Sin embargo, en el año 2017 seguirá en torno del 20% al 24% anual, dado el alto déficit fiscal. El banco central colocará la tasa de interés, un 3% por encima de la inflación esperada. En este escenario es lógica una tasa en el 25% anual para marzo de 2017, como lo declaro Marcos Peña en su vista al Congreso.

El gobierno solo puede hacer crecer la economía si llegan inversiones. En el año 2008 las inversiones crecían a una tasa del 20% del PBI, el consumo privado salto a niveles del 8% anual, el PBI crecía el 4% anual. En el año 2011 la tasa de inversión creció el 15%, el consumo privado el 5%, y el PBI el 3% anual. Si el gobierno logra atraer inversiones, esto hará que el consumo crezca e iniciemos un circulo virtuoso en la economía.

Por el momento, están dadas todas las condiciones para que el mundo venga a invertir en Argentina, tenemos un gobierno con buena imagen mundial, y la tasa de interés esta tirada por el piso. Por otro lado, los argentinos tienen un blanqueo muy flexible para ingresar capitales, y apoyar al nuevo gobierno.

Hasta ahora, las inversiones del exterior no llegan al 1% del PBI, y los empresarios argentinos miran para otro lado a la hora de invertir. Si de cara al año 2017, no hay inversiones directas, externas o internas, por U$S 45.000/60.000 millones, el consumo interno no moverá el amperímetro, ya que crecería menos del 3% anual.

El gobierno ya puso en la mesa su plan de gobierno, los empresarios parecen estar lejos de apoyar. No hay inversiones masivas en el plano interno, y muy poco dinero viene para inversión directa. Los empresarios ven con buenos ojos el cambio de gobierno, se preocupan por el déficit fiscal crónico y la alta inflación, y, por último, la percepción general es que un dólar a $ 15,30 no invita a la inversión. Sin inversión no hay consumo privado, y tampoco crecimiento de PBI.

Los bonos en dólares subieron demasiado, las Lebac en pesos son una buena opción, a pesar de la baja de tasas, y las acciones, como es el caso de Cresud, con muy buenas perspectivas a la suba.

Todo esto seguirá tranquilo, hasta que el mercado vea si las inversiones genuinas llegan a argentina, o se quedan apoyando a Brasil. Si el blanqueo es un éxito o un fracaso. Si la plata no llega, el gobierno estará recalculando el rumbo económico, como también sus alianzas políticas locales e internacionales.

Salvador Di Stefano. Asesor en Negocios, Económico y Financiero tanto de empresas de la ciudad y la región; como de individuos y empresas familiares ligadas al comercio, industria y campo. Publicada en www.salvadordistefano.com.ar

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