Cinco asaltantes armados tuvieron de rehén a una familia de Rueda

RUEDA. El Sur Diario - Una familia de productores agropecuarios de Rueda estuvo a merced de una banda de delincuentes que buscaban el dinero destinado a una transacción inmobiliaria, pero el dato que tenían era erróneo y debieron conformarse con tomar algunos objetos de valor y una cantidad mínima de efectivo como así también dos armas de fuego. Mientras duró el asalto las víctimas estuvieron maniatadas e incluso una de ellas recibió un culatazo. El escenario del robo se dividió entre dos viviendas, propiedades de padre e hijo de este grupo familiar, aparentemente por otro error de los delincuentes, ya que ingresaron en principio en la del hijo cuando la persona que se ocupa de los negocios del “Establecimiento Don Sixto” es el padre.

La incursión de los delincuentes ocurrió el martes, minutos después de las 4, en el domicilio de calle Pampa 593, ubicada a metros del único club con que cuenta la localidad. Allí residen Gabriel Sixto Teglia, de 36 años, y su esposa Carina, de 29. “A las 4 de la mañana entraron a la casa de Gabriel, mi hijo, y querían la plata”, comentó a Diario EL SUR, Mónica Kunzli. El dinero que buscaban era el que los productores destinaron a la compra de un campo, pero esa operación ya la habían realizado y además fue por transferencia bancaria, por lo tanto el efectivo nunca estuvo en la casa. “Dame los dólares que tenés del campo”, le dijeron al joven productor.

Los asaltantes “eran 5 personas, en una Peugeot Partner (gris con vidrios polarizados), pararon enfrente de la casa de él y entraron, ni forzaron la puerta, la abrieron de nada”, manifestó Mónica. Ante el pedido del dinero, Gabriel “les dio lo que tenía que era poco, le ofreció la chata, pero ellos querían la plata. Estuvieron un rato ahí. A ella la ataron, la dejaron donde estaba durmiendo, en la cama”, detalló Mónica. Ante la insistencia de los malvivientes, Gabriel admitió que quien administraba el dinero en la familia era su padre. “Entonces vinieron para acá, tres vinieron para casa y dos se quedaron con Carina, nosotros vivimos a media cuadra. Lo subieron (a Gabriel) en la Partner y vinieron con la Partner para acá. Entraron de golpe, mi marido (Miguel Sixto Teglia) se asustó y uno lo golpeó, pero porque se asustó y lo increpó”, puntualizó.

“Hay dos con Carina”

“Antes de entrar Gabriel me dijo: ‘-Hay dos con Carina’, cosa que nos quedáramos quietos y tranquilos. Y acá, a ellos dos, (Miguel y Gabriel) los ataron; y yo les fui dando todo lo que me pidieron. Me decían: ‘-Vieja, dame la plata’. Les di la plata, el oro, y los dólares. Y me insistían con el campo y yo les dije que ya lo habíamos comprado y que hicimos todo por transacción bancaria. Y se les hizo tarde, estaban apurados porque se les hacía de día, estaban muy apurados. En lo de Gabriel prepararon un montón de cosas para llevar, y no se llevaron nada”, remarcó Mónica. “A mí no me revolvieron nada, todo lo que les fui dando yo se lo llevaron”, agregó.

“La meta era ir a los de Gabriel e irse, pero el venir acá se les hizo tarde. En las cámaras (ubicadas en el ingreso al pueblo) se ve que entraron a las 4 y se fueron a las 5”, explicó. Los ocupantes de otro vehículo que salía a esa hora “vieron que doblaron para el lado de Villa”. A estos datos también se sumaría el testimonio de un vecino que la noche anterior se topó con tres desconocidos que le preguntaron por un bar para “ir a tomar algo”. De todas maneras para Mónica les falló la logística y se equivocaron al ingresar a la casa de Gabriel. “Para mi le dijeron: ‘- Teglia vive en la esquina del Club’. Y fueron directamente ahí, pero se equivocaron de Teglia”.

Respetuosos

Con respecto a los asaltantes, Mónica destacó que fueron “respetuosos” aunque Gabriel le comentó que en su casa “había uno nervioso, que lo amenazó”. En tanto “a mí no me apuraron ni me apuntaron nunca, ni siquiera me ataron las piernas, a ellos sí. No eran una clase de persona tipo villeros, hablaban muy poco, trajeron una mochila donde iban cargando las cosas y no robaron otras cosas que no fuera la plata, el oro y las armas (un rifle y una carabina)”. Asimismo señaló que cubrían sus rostros con cuelleras y gorras, y guantes de motoqueros, eran muchachito jóvenes, de entre 20 y 30 años”. Además todos llevaban camperas infladas negras. Ahora la investigación de la PDI trata de dilucidar si son delincuentes nicoleños o rosarinos y si están involucrados en otros hechos similares ocurridos en la zona.


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