De Elortondo a recorrer el mundo en la Fragata “Libertad”



Un viaje más que concretó la Fragata “Libertad” y fue todo un evento su recibimiento. El N° 46 para ser más precisos que ahora guarda en su haber la nave argentina que todos los años recorre el mundo como cierre de una promoción de marinos de nuestro país. Cada tripulante, desde ahora, está a la orden para responder por nuestra soberanía.

Se avistó la nave desde un Puerto Madero, en Buenos Aires, concurrido por familiares expectantes y público que se acercó para dar la bienvenida a 275 personas que recorrieron el mundo para poner en práctica lo que se estudió, aprendió y por lo que se interiorizaron en los años de estudio de la carrera. Experiencia inolvidable ésta, según relataron sus protagonistas.

Entre los integrantes de la tripulación que tocó puerto argentino se encuentra Lucas Targón, santafesino, de la localidad de Elortondo, joven, muy joven, que hoy ya pertenece a la marina nacional y regresó a su pueblo con los ojos llenos de experiencia compartida en el mar.



La carrera naval, los comienzos

Lucas, al finalizar sus estudios secundarios, como cualquier estudiante, tenía que decidir un futuro, una carrera, una profesión, un camino. Se enteró de que existía esta oportunidad y allí puso las fichas. Luego de exámenes, de no haber podido en un primer momento y papeles de rigor, se alistó para un día, llegar a ser parte de este equipo y defender a su país, no sin antes fascinarse con el viaje alrededor del mundo en la fragata “Libertad”.

”Esta carrera es para formar parte de la Armada Argentina, una de las tres fuerzas que tiene nuestro país. En mi caso en particular yo soy infante de marina, y nosotros, una vez egresados, nos preparamos para defender a la Nación ante cualquier agresión externa”, contó Lucas Targón.

De acuerdo a sus gustos e intereses particulares, Lucas, a quien no le atraía la idea de estar detrás de un escritorio, encontró en esta carrera una profesión acorde a sus preferencias: “La realidad de lo que pasa, en lo que consiste la carrera en sí, uno no lo sabe, pero bueno, fuimos a probar, me gustó, y 5 años después acá estamos”.



Altamar, el viaje

La travesía tan esperada fue durante un lapso de seis meses y en todo ese tiempo los jóvenes guardiamarinas pusieron en práctica sus conocimientos sobre navegación costera y astronómica, derecho internacional marítimo y reglamentación. A su vez, participaron de todas las tareas de a bordo donde fueron adquiriendo las necesarias destrezas en las artes de la navegación y del mando.

“Es una experiencia única, en donde nos tocaron seis meses de conocer lugares únicos pero además conocimos todo lo relativo a la función del marino. No es un viaje de egresados sino que tenemos materias, actividades que cumplir, guardias que realizar y es un paso muy necesario para el cadete que va desde una escuela, donde el ámbito es mucho más hostil, para pasar a la fragata y empezar a tratar con el personal que va a dirigir el día de mañana”, contó.

Targón, dijo además que “el viaje es único, es una experiencia inolvidable, en tantos puertos, conocer diversos países, estudiar su cultura, le abre mucho la mente a uno, le ayuda mucho y conocer lugares donde uno ni siquiera se imaginaba que iba a estar”.



De aquí y de allá, conociendo el mundo

Luego de tocar diversos puertos (en total 14) partiendo de la ciudad de Buenos Aires, la travesía los llevó por diferentes puntos: México, Holanda, Alemania, Suecia y Barcelona entre los destacados. En todos ellos la gente se encontraba expectante por conocer la nave, subir y recorrerla.

“Conocemos las culturas, aprendemos y nos llevamos experiencia única en cada lugar que conocimos y compartimos un momento, la gente fue muy amable y muy generosa con nosotros y con nuestra vivencia en todos estos meses en el mar”, relató.

“Lo más maravilloso que ví fue el momento de la llegada a Buenos Aires, la entada al puerto, luego de tantos meses y momento vividos, desde los palos de la fragata, ver las banderas y ese recibimiento tan ansiado, fue mucho más que emocionante para mí”.

Fuente: Andrea Gastaldi / Pablo Rodriguez. Transmedia VT

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