Secundaria 2030: cómo es el modelo que eligió la Argentina
Avanza una nueva escuela media. El 1° de noviembre las provincias deben informar cómo lo harĆ”n.

A cielo abierto. La escuela secundaria ISPI 9073, en Santa Teresa, cambió su modelo educativo y consiguió mejoras en todos sus resultados. (Foto: gentileza Prensa Bolsa de Comercio de Rosario)
Educación
Que la escuela secundaria necesita un cambio urgente y profundo ya nadie lo duda. Unos 400.000 adolescentes argentinos -el 10% del total- abandonan cada aƱo sus aulas, principalmente porque no le encuentran ningĆŗn sentido a este formato de enseƱanza. Son unos mil por dĆa. Y quienes sĆ la terminan (apenas el 60% lo hace en tiempo y forma) salen con muy bajo nivel en los conocimientos mĆ”s relevantes, como comprensión de textos o cĆ”lculos matemĆ”ticos, segĆŗn revela cada aƱo las pruebas Aprender.
Hay que hacer algo, y en eso estĆ”n trabajando en conjunto los ministros de Educación del paĆs, que acordaron avanzar en un nuevo tipo de organización de la escuela media a la que llamaron “Secundaria 2030”.
El próximo 1° de noviembre, cada una de las provincias deberĆ” presentar ante el Consejo Federal de Educación su plan de implementación de la nueva secundaria, que deberĆ” arrancar en 2019, con la gradualidad que cada una elija. Pero todas estĆ”n obligadas a completar el total de sus escuelas hacia el aƱo 2025.
Algunos distritos ya empezaron. Por ejemplo, RĆo Negro lo hizo en forma completa desde 2017. O la Ciudad de Buenos Aires, que arrancó este aƱo con los primeros aƱos de 19 escuelas y proyecta incorporar 25 colegios mĆ”s el aƱo que viene.
La secundaria 2030 que imaginan los ministros se parece mucho a la ISPI 9073 de Santa Teresa, Santa Fe. Los ministros firmaron la resolución en diciembre del aƱo pasado y establecieron, entre otros objetivos, que los equipos docentes de cada colegio deberĆ”n tener un proyecto educativo que le dĆ© sentido a la escuela y, de este modo, motive a sus estudiantes. Cada escuela, ademĆ”s, planificarĆ” el aƱo especificando cuĆ”les son los indicadores de mejora que se plantean. Se buscarĆ” que ya no haya mĆ”s “materias sueltas” sino que estĆ©n integradas dentro de “Ć”reas de conocimiento” que consoliden los aprendizajes y se integren mejor con aplicaciones prĆ”cticas.
AdemĆ”s, se busca que no haya mĆ”s “profesores taxi” que trabajan pocas horas en muchas escuelas y tienen poco contacto con sus alumnos. En su lugar, los profesores deberĆan ser designados con cargo y jornada completa para una misma escuela. Y cambiarĆ” la forma de acreditar los conocimientos: se piensa en flexibilizar la clĆ”sica repitencia, un sistema que demostró no tener Ć©xito y provoca que muchos alumnos, especialmente de los sectores mĆ”s vulnerables, terminen abandonado el colegio.
A la hora de planificar la implementación, no estarĆa mal que los funcionarios provinciales lean con atención el Ćŗltimo documento elaborado por Unicef “PolĆticas educativas para transformar la educación secundaria”, en el que se hace un extenso y completo anĆ”lisis sobre experiencias en la Argentina que lograron avanzar con buenos resultados.
AllĆ se analizan distintas polĆticas implementadas en el paĆs, como el “RĆ©gimen AcadĆ©mico” (Provincia), las escuelas del Programa Avanzado en Educación Secundaria PROA (Córdoba), el Plan Vuelvo a Estudiar-LĆnea Territorial (Santa Fe), “Nuevo Formato” (TucumĆ”n) y la Nueva Escuela Secundaria Rionegrina, de RĆo Negro. “Fuimos a las provincias a estudiar las normativas y las condiciones que hacen que algunas polĆticas pĆŗblicas de reforma realmente funcionen”, dijo a ClarĆn Cora Steimberg, especialista en educación de Unicef.
Para la especialista, el desafĆo es mĆŗltiple. Se debe pensar en escuelas que tengan el suficiente acompaƱamiento para las reformas, tambiĆ©n debe cambiar el tipo de liderazgo (los directores), asĆ como las formas de enseƱar (nuevas prĆ”cticas pedagógicas). “Hay que avanzar en la enseƱanza basada en proyectos transversales, en la resolución de problemas reales”, dice Steimberg. AdemĆ”s, debe cambiar la forma de evaluar, ya no sólo con exĆ”menes sino con el foco en todo el proceso de participación de los alumnos en los proyectos. “Para esto debe cambiar la formación de los profesores: incidiendo en la formación inicial y acompaƱando a los que estĆ”n en servicio”, afirma.
Esta reforma implica necesariamente mĆ”s inversión y cuesta imaginarlo en el actual contexto. “Hay que ser muy razonables al impulsar los cambios. Y ahora, mĆ”s razonables todavĆa. Pero de ninguna manera detenerlos”, dice Steimberg. Y agrega que “es mentira que los adolescentes no quieren ir a la escuela. SĆ quieren, pero piden profesores que enseƱen. Si la propuesta es relevante, se entusiasman”. Para la experta, mĆ”s allĆ” de ciertos colegios y directores innovadores, que siempre los hay, lo importante es determinar cuĆ”les son las condiciones del sistema que permiten que todos los directores y docentes avancen en los cambios.
Fuente: clarin.com