Covid-19: advierten por el peligro que puede generar la alta circulación de Ómicron

La Organización Mundial de la Salud alertó sobre el presente mundial en torno al coronavirus. Varios especialistas consideraron que se está subestimando la situación y pronosticaron qué puede suceder si no se frena la ola de contagios.

                                    La variante Ómicron de Covid-19 avanza en el mundo. Télam

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que la semana pasada se notificaron más de 15 millones de nuevos casos de Covid-19 en todo el mundo, "el mayor número de casos notificados en una sola semana". "Y sabemos que se trata de una subestimación", puntualizó.

Sin embargo, detalló que el número de muertes semanales notificadas "se ha mantenido estable desde octubre del año pasado, con una media de 48 mil muertes semanales". "Aunque el número de pacientes hospitalizados está aumentando en la mayoría de los países, no está al nivel de las olas anteriores", declaró.

Pero agregó: “Aunque Ómicron causa una enfermedad menos grave que Delta, sigue siendo un virus peligroso, especialmente para quienes no están vacunados. Casi 50.000 muertes a la semana son 50.000 muertes de más. Aprender a vivir con este virus no significa que podamos, o debamos, aceptar este número de muertes".

El doctor y asesor senior de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bruce Aylward, se mostró impresionado con la gran crecida de Ómicron. "La curva de la epidemia es asombrosa. En 30 años trabajando con enfermedades infecciosas nunca había visto nada igual. Hay que hacer todo lo posible para frenar los contagios", expresó.

El director regional de la agencia en Europa, el doctor Hans Henri P. Kluge, calificó la evolución de la variante Ómicron como “un nuevo maremoto que se extiende de oeste a este” y que se une a “las oleadas de la variante delta”.

“A fecha de 10 de enero, 26 países informan de que más del 1% de su población contrae Covid-19 cada semana”, destacó Kluge, quien indicó que las tasas de mortalidad permanecen estables y que continúan siendo más elevadas en los países con alta incidencia de COVID-19 y con menor aceptación de la vacuna contra la enfermedad.

Además, añadió que ya se notificaron casos de Ómicron en 50 de los 53 países de Europa y Asia central que forman parte de la región y que la variante se impone como dominante en Europa occidental mientras se extiende en los Balcanes.

“A este ritmo, el Instituto de Métrica y Evaluación Sanitaria (IHME) -un centro independiente de investigación sanitaria de la Universidad de Washington- prevé que más del 50% de la población de la región estará infectada por Ómicron en las próximas 6 a 8 semanas”, alertó.

Kluge explicó que los datos cotejados en las últimas semanas confirman la alta transmisibilidad de ómicron, “ya que sus mutaciones le permiten adherirse con mayor facilidad a las células humanas, y puede infectar incluso a quienes han sido previamente contagiados o vacunados”.

El doctor Bruce Aylward, no cree que la variante Ómicron vaya a ser la última del virus de la Covid-19, por lo que ha advertido de la posibilidad de que en el futuro surja una más mortal mientras siga circulando el virus.

"Ómicron probablemente no será la última variante de la Covid-19. No lo sabemos aún, pero cuanto más circule el virus, más posibilidades hay que de que surja una nueva variante más mortal que Ómicron", advirtió en rueda de prensa este miércoles.

Por su parte, el Grupo Técnico de Asesoramiento de la OMS sobre la composición de la vacuna Covid-19 consideró que la elaboración de las actuales y las futuras inmunizaciones contra el coronavirus deben conseguir “un alto impacto en la prevención de la infección y la transmisión, además de prevenir los casos graves de la enfermedad y la muerte”.

“Hasta que dichas vacunas estén disponibles, y a medida que el virus del SARS-CoV-2 evolucione, puede ser necesaria la actualización de la composición de las actuales vacunas contra el COVID-19, para garantizar que estas sigan proporcionando los niveles de protección recomendados por la OMS contra la infección y la enfermedad por las variantes de preocupación, incluida ómicron y las futuras variedades”, reza el comunicado emitido por el Grupo.

Según el Tablero Global para la Equidad de las Vacunas (OMS y la Universidad de Oxford), los países de bajos ingresos tendrían que aumentar su gasto sanitario en una media de casi el 57% para vacunar al 70% de su población.

Esto se debe a que muchos países de bajos ingresos carecen de la infraestructura (desde la capacidad de la red eléctrica hasta el personal sanitario formado) para administrar rápidamente las dosis a miles de millones de personas. La distribución de las vacunas de ARNm es particularmente desalentadora, ya que requieren el acceso a camiones refrigerados y el almacenamiento en frío en instalaciones sanitarias que carecen de recursos incluso en los mejores tiempos.

Fuente: www.c5n.com


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