Guardavidas villense salvó la vida de un niño en San Nicolás

La pileta del Centro Deportivo y Cultural del barrio Moreno de San Nicolás pudo ser el escenario de una tragedia de no ser por la pronta y eficaz reacción de Juan Manuel Sánchez, un profesor de educación física de Villa Constitución que oficia como guardavidas en ese lugar.


Juan Manuel Sánchez todavía está conmovido lo sucedido.

Juan Manuel Sánchez, un profesor de Educación Física de 40 años de edad, oriundo de nuestra ciudad le salvó la vida a un niño de 2 años de edad que sufrió un principio de asfixia por inmersión en un complejo recreativo de San Nicolás donde se desempeña como Guardavidas. El incidente sucedió el martes 29 de enero pero tomó estado público en los últimos días a raíz de la difusión que le dio un medio de la ciudad bonaerense. Ayer diario EL SUR dialogó con este héroe local para conocer en detalle lo acontecido.

El hecho ocurrió en la pileta del Centro Deportivo y Cultural (CEDyC) que se encuentra en barrio Moreno y que depende de la Municipalidad, ubicado en la zona norte de San Nicolás. Si bien es el tercer año que Juan Manuel se desempeña como guardavidas en la vecina ciudad, esta es su primera temporada en este complejo. “Somos seis guardavidas, dos chicas y cuatro chicos, el lugar tiene una pileta grande de 50 por 25 metros, al costado hay otra de no mucha altura que es para los chiquitos, siempre y cuando se metan con los padres”, relató.

“Siempre recalcamos que en la pileta, por más chica que sea, se tienen que meter con los padres porque son muy chicos, se van para adelante y no se pueden incorporar”, destacó Juan Manuel. El incidente sucedió en esa pileta, en un día en que había una gran asistencia de bañistas y además, de los seis guardavidas había cinco ya que uno faltó por enfermedad y se trataba de quien tenía a cargo el sector de los más pequeños. De todas maneras, entre los restantes se turnaban para controlarlo.

Las piletas del Cedyc de barrio Moreno estaban colmadas el día del incidente.

“Parece que está ahogado”

En determinado momento en que Juan Manuel se encontraba en cercanías de la pileta chica pero controlando la grande, ambas colmadas de bañistas, “un muchacho me llama y me dice: -‘Che, hay un nene que parece que está ahogado’. Ni bien me dice eso me doy vuelta para mirar la pileta y veo que el nene ya estaba fuera del agua, tirado en el piso, boca arriba”. Más tarde supo que una nena de 10 años fue quien lo sacó del agua y lo dejó allí.

“Lo primero que le hago es un chequeo para ver cómo estaba. No se movía, no daba síntomas, para mí no respiraba en ese momento y los ojos ya se le habían dado vuelta hacia atrás”, recordó. Entonces el niño tuvo un leve movimiento e “hizo como un chillidito y me di cuenta que respiraba”. Por tal motivo obvió la realización de insuflaciones y compresión sobre el tórax y optó por darlo vuelta y colocarlo boca abajo.

Palmadas

“Le empecé a dar palmadas entre los omóplatos. Lo sostenía con un brazo por el tórax y le habré pegado cinco o seis palmadas y ahí logró escupir el agua”, explicó. “Cuando escupió el agua empezó a llorar, a respirar, y para mí fue un alivio. Lo dejé en una posición de descanso para que largue bien el agua. Ahí ya estaba bien, miro para el costado porque hasta ese momento me concentré en él y a la gente que estaba alrededor no le di importancia. Entonces pregunto dónde estaba la mamá y estaba al lado, muy mal”.

“Llamamos a la emergencia médica, al SAME, para que lo controlen, llegaron a los minutos, lo revisaron y estaba estable. Tenía un broncoespasmo pero lo traía desde antes”, recordó Juan Manuel. Posteriormente dialogó con la madre del niño dado que, si bien los controlaba desde una distancia cercana, no estaba con él en la pileta. “A esa edad, como dije, no tienen que estar solos, más un nene de dos años. Son muy chiquitos. No los pueden dejar solos”, recalcó.

Sacudón

“Gracias a Dios terminó todo bien y si bien siempre tratamos de estar atento al agua cuando pasa una cosa de esta es como que uno se pone más psicótico para mirar el agua, y la mira más buscando que no se escape nada. Al menos es lo que me pasa a mí, es como un sacudón para uno mismo”.


Fuente: elsurdiario

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